lunes, 4 de marzo de 2013

Pau Ruiz - Aficionado

¿Cómo llegué al mundo del motorsport? Como creo que le sucederá a muchos aficionados, no hay un día en concreto que de repente me haya venido la afición al mundo del motor. Aunque hay dos personas a las que les debo de agradecer eternamente que me "indujeran" a engancharme a este mundo tan apasionante, mi padre y mi primo.

Por allá 1998-1999, sobretodo este último, con 6 añitos de edad, recuerdo ver a mi primo mirando la tele, pero mirando algo distinto, algo radicalmente distinto a los dibujos animados o películas americanas. Recuerdo ver unos coches muy bonitos, algunos parecidos a algún cochecito de juguete que yo tenía por casa. Esos coches ruidosos parecían ir muy rápido, con mecánicos con mirada seria. Esa fue mi primera impresión supongo del motorsport, más concretamente de la Fórmula 1. Por aquél entonces, mi primo era ferrarista. Por su cumpleaños le regalamos una toalla de Ferrari, y era muy fan de un tal Michael Schumacher, que aquél año (2000) ganaba muchas carreras. Los domingos pasaban, al igual que los Grandes Premios. Y le cogí simpatía al rival de Schumacher (según me contaba mi primo), Mika Häkkinen, que corría con un coche plateado, McLaren me dijeron que se llamaba el equipo. He de reconocer que Häkkinen me llegó a dar pena, ya que nunca me olvidaré de aquél GP de España en que abandonó en la última vuelta cuando iba líder. En aquél mundo tan tecnológicamente complicado, donde abundaban apellidos extranjeros, había el de un catalán, Pedro Martínez de la Rosa. Pedro, al igual que Häkkinen, también me daba pena, porque casi en cada carrera abandonaba por problemas mecánicos o por accidente. Y también había otro piloto, un tal Alonso, que estaba en la parte baja de la parrilla, como Pedro.

Michael Schumacher observa a Mika Häkkinen durante los entrenamientos libres del GP de San Marino 1999

Mucha gente en twitter o foros acusa a la otra gente de "subirse al carro de la Fórmula 1 por Fernando Alonso", que "antes no sabíais ni lo que era". Yo no me esconderé, que desde el GP de Australia de aquél apasionante 2003, me enganché a la Fórmula 1, y tampoco me esconderé que fue gracias a Alonso que vibro con cada Gran Premio. Mis padres alucinaban de la pasión con que vivía cada carrera, en lo histérico que me ponía si no podía ver una carrera. En el colegio éramos muy pocos los que en el recreo hablábamos de F1, ya que los "trending topic" eran Beckham y Ronaldinho. Pero poco a poco, enganché a mis amigos a ese mundo de las cuatro ruedas.

El GP de China de 2004 fue la primera carrera en que mis padres me dejaron madrugar, y en el mágico 2005 mi vecino de arriba me invitaba a desayunar mientras mirábamos las carreras o la calificación. En las últimas carreras de 2005 y 2006 nos reuníamos todos los amigos en casa de alguien para poder ver la Fórmula 1, como todos ya sabéis, los dos años en que Alonso ganó el Mundial.

El primer Gran Premio en China es recordado por muchos aficionados por el cambio de publicidad en BAR

Una cosa es la televisión, pero otra cosa radicalmente distinta es verlo en directo. En 2007 me tantearon ir al Gran Premio, pero finalmente quedó en un plan frustrado. Aunque vivo a una hora justa del Circuit de Catalunya, me tenía que conformar con ver las majestuosas instalaciones de la pista de Granollers desde la autopista. Y fue en Septiembre de 2007 cuando un amigo me propuso ir al Circuit a ver el DTM. Mis conocimientos sobre el DTM se limitaban a los artículos que el Maese publicaba en la antigua Grand Prix International, y parecía un campeonato muy atractivo. La sensación de ir al circuito por primera vez es inolvidable. No podía dejar de imaginarme por aquél asfalto la de pilotos legendarios que rodaron (aunque el trazado se inauguró en el '91, habían rodado leyendas como Senna, Prost, Schumacher, Häkkinen). Además, cosas de la vida, compramos entrada de paddock, y me pude hacer una foto con... ¡Mika Häkkinen! Con la cara de felicidad, me juré a mi mismo volver. Y así fue; en 2008 el regalo de reyes fue ir al GP de España. La sensación de ver un Fórmula 1 en directo me provocó lágrimas de emoción. El olor a gasolina, unos coches mucho más pequeños de lo que me podría llegar a pensar... Aunque Alonso abandonara, fue un fin de semana increíble. Cosas del azar, aquél año, gracias a un sorteo del diario Sport, "inauguré" el Valencia Street Circuit, pista que por aquél entonces me decepcionó y Alonso no pasó de la Q2 el sábado ni de la cuarta curva el domingo. Desde entonces no me he perdido ni un solo GP en Montmeló.

En 2010 entré en Altafulla Radio, y aproveché para entrometerme en este mundillo, desde una modesta radio aquél año conseguimos entrevistar a Javier Villa, a de la Rosa y a Jaime Alguersuari, pequeños triunfos para un aficionado como yo. Además, gracias a Facebook y luego a Twitter, he conocido gente que de esto entiende muchísimo, como Antonio, Adrián, Carlos Barazal, Zapi... Y este año pasado, seguí con mi lenta progresión (siempre gracias a la modesta Altafulla Radio), aunque pude acreditarme a los test de invierno y realizar un fantástico programa.

Disfrutando de la radio...

En el futuro, quiero seguir disfrutando de este magnífico espectáculo, no sólo la F1, sino el DTM, la F3, las World Series... campeonatos muy espectaculares y que me han enganchado. En lo profesional, pues se hará lo que se pueda, siempre desde la humildad y el trabajo.

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