Aprovechando la ocasión que me ofrece KEPEM voy a hacer la crónica de la carrera junior de las Series Rotax y Campeonato de Aragón 2013 vista desde el sillón de casa a través del livetiming de Korridas.
Cuestiones de salud me han dejado al margen del inicio de la temporada en que Jon del Valle, mi hijo, luce en los pontones de su FA el número 201 que le corresponde por haber ganado el año pasado las Series Rotax.
Así que con un vaso de agua y un Paracetamol como únicos excesos permitidos, conecto el ordenador y me acomodo.
Me gusta ver la manga clasificatoria, porque al no haber contacto físico me permite disfrutar las trazadas, la búsqueda de la excelencia o de la ventaja de aprovechar rebufos; pero la pantalla del livetiming sólo da cifras que hay que interpretar. Los tiempos no parecen espectaculares, por lo que supongo que la pista no estará en condiciones óptimas.
Si cierro los ojos puedo ver a Jon, inclinando el cuerpo en las curvas para contrabalancear la fuerza centrífuga: tantos años observándole hace que de un simple vistazo sea capaz de reconocerle entre un montón de pilotos con la misma equipación. Pero al abrir los ojos, la pantalla sólo me da números que indican lo apretado de los tiempos: termina marcando el segundo mejor crono... salida por fuera en la primera curva...
Si cierro los ojos puedo ver a Jon, inclinando el cuerpo en las curvas para contrabalancear la fuerza centrífuga: tantos años observándole hace que de un simple vistazo sea capaz de reconocerle entre un montón de pilotos con la misma equipación. Pero al abrir los ojos, la pantalla sólo me da números que indican lo apretado de los tiempos: termina marcando el segundo mejor crono... salida por fuera en la primera curva...
Ya desde el inicio queda claro que los dos pilotos de Arakart, Jon y Edu García, van a verse los volantes con Ricardo y Adam: los cuatro son ya viejos conocidos de otras lides.
Sigo el resto de categorías, el buen trabajo de Marta Ariza, José Manuel Egea, Sammi, Aleix Navarro, Álvaro Otero, JPS, los hermanos Gil, Juan Francisco Franco, Alberto Juste y todas esas personas con las que compartimos algo más que afición y cuya compañía echo de menos.
Empieza la primera carrera; Jon pasa 3º por la línea de salida y las pantallas del livetiming van dejando constancia de lo que debe ser una emocionante carrera entre Jon, Edu, Ricardo y Adam, alternándose los puestos a cada vuelta.
Normalmente tranquilo en el directo, ahora estoy sudando y se me hace eterno ese poco más de un minuto que dura cada vuelta para que se refresque la pantalla: quince vueltas son quince pantallas y ninguna refleja las mismas posiciones. Jon marca la vuelta rápida en su último giro, lo que indica que tenía controlada la situación y estaría seguro de donde y cuando lanzar el último ataque: entra primero.
En esa situación da gusto verle acercarse a la báscula, satisfecho, seguro: hoy echo de menos esa mirada de complicidad que nos une en la distancia del parque cerrado y me tengo que conformar con una llamada desde el circuito.
Preparado para la segunda carrera, los nervios van haciendo que me sobre la ropa: ¡estoy sudando de verdad!.
Jon sale desde la Pole y ya los tres primeros giros vuelven a dejar clara la igualdad entre él y Edu, Adam y Ricardo, aunque en esta ocasión parece que Ricardo y él son los que tienen mejor ritmo.
En la vuelta 3 los tiempos se disparan y del 1.06 en que estaban rodando llegan a 1.15, 1.40... ¿qué está pasando?, ¿la pista mojada?... la barra intermitente en amarillo de la pantalla me hacen pensar en un procedimiento slow (el equivalente al Safety Car en la F1), pero eso supondría que ha tenido que haber un accidente grande... efectivamente, varios pilotos ya no marcan tiempos... ahora mi deseo es que haya ido todo bien... tres o cuatro vueltas después se apaga la luz amarilla y enciende la verde y vuelven a marcar sus tiempos... Jon y Ricardo abren un pequeño hueco y hasta llegan a marcar idéntico tiempo en una vuelta... Edu y Adam deben tenerlos a la vista, apenas tres o cuatro décimas detrás.
Los cambios de pantalla se me hacen más largos aún, mientras Ricardo y Jon alternan sus posiciones. Jon adelanta a Ricardo sin que ninguno pierda tiempo y lidera la carrera, pero a la siguiente vuelta, que ya es el inicio de la última, el adelantamiento de Ricardo para retomar la cabeza hace que pierdan el tiempo suficiente como para que les den alcance Adam y Edu.
Sólo me queda el pantallazo de la bandera a cuadros: Ricardo primero, Edu segundo, Manuel Cañizares tercero… ¿y Jon y Adam?... ¿qué ha pasado?... apenas dos segundos, pero suficientes para hacer que la frente se me llene de sudor, hasta que desaparece la flecha roja del nombre del nombre de Jon y entra 4º... Adam 6º... algo habrá pasado entre ellos, cosas de las carreras.
Me imagino a Jon con el casco puesto en el parque cerrado, mascando la frustración, porque es un piloto muy competitivo que sabe ganar y no es excesivo en las celebraciones, pero ¿perder? (o sea, simplemente no ganar) lo lleva fatal: ya le pasaba de pequeño cuando jugábamos a ver quién llegaba antes el coche o acababa primero la sopa, que entre los dos hemos hecho siempre de todo una competición.
Esta es la ocasión de decirle con un guiño, a través de la valla del parque cerrado, que está bien, que estamos juntos, que él y yo sabemos dónde está... mientras tanto, se me va quedando frío el sudor, así que voy recuperando, poco a poco, la ropa.
Diana me llama desde el circuito: hubo procedimiento slow e hizo falta que entrara la ambulancia pero todos están bien... y me confirma que Jon no se ha quitado el casco todavía.
Al final, los resultados combinados le colocan primero del aragonés y segundo de las Series: un magnífico inicio de temporada y en resultado fantástico de una carrera a la que llegó tocado físicamente con una contractura del cuello la semana pasada.
Ahora me tomo el agua y el Paracetamol, dejo el sillón del ordenador y satisfecho y orgulloso me voy a dejar vencer por el sueño de quien en su día quiso ser piloto de pruebas y hoy es copiloto de otro sueño, el de Jon, que le llevará allá donde su gran talento le conduzca.
Es un artículo de José Luis Valle, para KEPEM.
Genial, José Luis... y que haya alivio.
ResponderEliminarEspectacular tu relato Jose Luís, y como siempre y a pesar de ser "juez y parte", totalmente objetivo y respetuoso con los rivales, y a la vez compañeros, de ese pilotazo que tienes en casa.
ResponderEliminarYo que he tenido la grandisima suerte de vivir alguna de las carreras de Jon muy cerca de tí, estoy de acuerdo en tu frase de..."Normalmente tranquilo en el directo...", pero no al 100%. Tengo que decirte que esos instantes previos a la carrera (cuando subes del parque cerrado a la terraza, o los karts estan dando esa vuelta de calentamiento buscando ese semáforo verde), se te nota, en sentido metafórico ese "sudor", y esa tensión totalmente motivada. Con ese semáforo vuelves a esa tranquilidad y a esa objetividad del que sabe como es "esto de las carreras".
Ya te dije ayer por otro canal, que me parecía un muy buen inicio de temporada. Seguro que cuando Jon regresó a vuestra morada, en ese bonito pueblo (sabes de mi debilidad por el "pueblo más bonito de España"), le estaba esperando ese "guiño"...esta vez sin valla de alambre de por medio.
Un abrazo. Recuperate pronto!!
Enorme, Jaime...
Eliminar@midland: gracias. Espero pasar pronto este stop and go. :)
ResponderEliminar@Jaime: que va... no era sudor de nervios... es que en la terraza de Motorland hace mucho calor... bueno, creo que a tu poder de observación no le va a bastar esa explicación :)
ResponderEliminarEs verdad que esos momentos previos al semáforo verde son los de mi mayor tensión, hasta que pasa la primera curva en la que tanto se depende de los demás: sin lances de carrera ajenos, Jon puede mostrar su talento y detrás de esa curva ya vienen las quince vueltas para disfrutarlo.
Gracias por tu mensaje; es un granito más de arena al montón que a veces necesitamos hacer para podernos subir a él y ver más allá del horizonte.
El regreso de Jon a casa, con una copa en cada mano, hizo que esta vez lo que me sudaran fueran los ojos... es que en el salón de casa hace mucho calor :)
En enorme abrazo, todavía desde el sillón.