lunes, 4 de febrero de 2013

Jonathan Solanes - Aficionado

Era pequeño, un crío o un chaval... No sé qué edad tendría. Recuerdo estar viendo por TVE, cuando sólo había dos canales, ver un F1 rojo y blanco corriendo con el mar a un lado, y un gran muro al otro: la frenada después del túnel del circuito de Mónaco. Cómo si lo estuviera viendo ahora mismo.

Ayrton Senna en el GP de Mónaco, 6 victorias en 10 participaciones

Recuerdo que, semanalmente, iba al kiosco a comprar las revistas AUTOPISTA y MOTOR 16. Era toda la información de la que disponía de F1 y de Rallyes... No había más. Incluso a falta de dinero, metía ambas revistas en un periódico sin que me vieran y compraba únicamente el periódico. Más tarde, en la biblioteca del pueblo, podía gozar de las publicaciones y llevarme a casa las viejas.

¿Los nombres más leído? Senna, Prost, Sainz (nombradísimo en las revistas). ¿Lo más mirado? Los dibujos y esquemas de los F1 dibujados a mano. Radiografía de los coches que jamás vería en la vida real.

No sabría decir exactamente qué es lo que me atraía del motor. ¿La belleza de las carrocerías? ¿La brutalidad que sugerían los F1? Sólo verlos por la tele me dejaban "alucinado". Me atraían "un pasote".

Pero hubo un antes y un después. Un hecho que me hizo, no sólo mirarlo, sino involucrarme "emocionalmente" y llegar a sentirlo.

Senna Memorial en Tamburello

Fue ese maldito 1 de mayo. Nunca debió existir. Lloré. Mucho. No sé porque, pero estuve muy sentido con lo que ocurrió ese fin de semana. Desde entonces Senna es mi "Dios". Que digan lo que quieran. Lo digo en voz alta. Sólo él podía conseguir lo que se propusiera, aunque estuviera fuera del alcance de las leyes de la física. Su capacidad emocional, su capacidad espiritual, su capacidad de lucha... su grandeza.

En clase comentaba a mis compañeros mi obsesión por la F1, por todo ese mundo, por Senna (mi carpeta iba forrada de fotos de él)... y era el raro de la clase: "qué raro eres, ¿no?". Palabras textuales. Pero me la traía al pairo. Si tenía que permanecer despierto hasta las 3, lo hacía. Si tenía que levantarme a las 5, ahí estaba. Si tenía que faltar a un compromiso, una comida de domingo, faltaba.

Casi 19 años después, la vida sigue, la Fórmula 1 también (por suerte y gracias/por culpa de ese fin de semana, más segura) y los Grandes Premios se suceden a golpe de millones de dólares y en decisiones de despacho.

Ha cambiado mucho. Ya no es lo que veía en blanco y negro en una tele de finales de los 80. Pero la sigo disfrutando. Y que dure.

Y si es en compañía virtual de viruteros, mejor que mejor.

Fernando Alonso celebrando su bicampeonato desde el balcón del Ayuntamiento de Oviedo

P.S. Algunos de los que me llamaban "raro" hace años por odiar el fútbol y gustarme la F1, son ahora Alonsistas acérrimos. Sonrío cuando pienso en ello...

2 comentarios:

  1. P.S. Algunos de los que me llamaban "raro" hace años por odiar el fútbol y gustarme la F1, son ahora Alonsistas acérrimos. Sonrío cuando pienso en ello...

    Si esa gran masa en la que me incluyo, de Alonsistas desconocedores de la F1 antes de 2005, encontraran mas aficionados "antiguos" que se dedicaran a enseñar como hacéis Mid o tu, en vez de a criticar a los nuevos...todos seríamos mas felices. Gracias

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