Imaginemos que comenzamos a practicar ciclismo. Sí... el grado de sacrificio y mejora física que conlleva este deporte de dos ruedas sólo puede deparar beneficios cuando como piloto nos pongamos al volante de un monoplaza.
En nuestro primer día realizaremos tan sólo 10 Kms. Puede habernos costado, pero lo hemos hecho. Entonces... ¿qué haremos al día siguiente? Vamos a añadir tan sólo un 1% al recorrido. Hablamos de 100 metros. Si ayer hicimos 10 Kms, ¿no vamos a hacer hoy 10,1 Kms? Claro que sí. ¿Y si al siguiente añadimos otro 1% al trayecto? Pues eso supondrá algo más de 100 metros a añadir a la última cifra. ¿Qué pasaría si seguimos esta evolución durante tan sólo un año de constante práctica? Cosas de las matemáticas y la fuerza de voluntad: Superaremos los 400 Kms en nuestra ruta. Este planteamiento podríamos extrapolarlo a cualquier aspecto de nuestra vida. Las conclusiones serían igual de impactantes.
En nuestro primer día realizaremos tan sólo 10 Kms. Puede habernos costado, pero lo hemos hecho. Entonces... ¿qué haremos al día siguiente? Vamos a añadir tan sólo un 1% al recorrido. Hablamos de 100 metros. Si ayer hicimos 10 Kms, ¿no vamos a hacer hoy 10,1 Kms? Claro que sí. ¿Y si al siguiente añadimos otro 1% al trayecto? Pues eso supondrá algo más de 100 metros a añadir a la última cifra. ¿Qué pasaría si seguimos esta evolución durante tan sólo un año de constante práctica? Cosas de las matemáticas y la fuerza de voluntad: Superaremos los 400 Kms en nuestra ruta. Este planteamiento podríamos extrapolarlo a cualquier aspecto de nuestra vida. Las conclusiones serían igual de impactantes.
El CEVEP, Centro Valenciano de Entrenamiento Especializado en Pilotos de Automovilismo y Motociclismo, sigue la idea del 1% a rajatabla orientado como su nombre indica, a los pilotos. Por esto, como por tantos otros detalles, estamos hablando de un Centro de Entrenamiento único en España.
Los orígenes de este centro datan de 11 años atrás, cuando el piloto valenciano Rafa Olcina, formaba su propia "Escuela de entrenamiento de pilotos" en la ciudad del Turia. De ahí saltó en 2008, con la colaboración de la Universidad Politécnica de Valencia, a lo que hoy se conoce como CEVEP.
Raed El Masri y Luis Seguí son las dos personas que en la actualidad rigen el centro. Junto a ellos, Abel Roig, alumno de la Universidad Católica de Valencia, son los encargados de llevar adelante este proyecto, y la gran cantidad de pilotos que hoy en día entrenan en él.
Atrás quedan años de intenso esfuerzo para llevar este lugar de entrenamientos donde siempre debería haber estado: El Circuito Ricardo Tormo en Cheste, Valencia.
Raed y Luis nos acogen nada más llegar al circuito, y antes de enseñarnos en primera persona lo que es un día de entrenamiento en el CEVEP, nos regalan una estupenda visita por las instalaciones de este magnífico trazado, comenzando por una de las entradas al circuito en días de carreras, justo la que quedaba junto a la zona del Karting, lugar de obligada visita y emplazamiento de muchos de los ejercicios que en este centro de entrenamiento se imparten.
Se trata de un circuito (muy cuidado en asfalto y en infraestructura) gestionado por la Escuela de Conducción Luis Climent, admitiendo diferentes variantes que son explotadas por los tutores del CEVEP según la rutina a entrenar a pie de pista, y que además pueden proporcionar en la práctica dos pistas diferenciadas (una muy revirada y la otra similar a un óvalo) para entrenamientos simultáneos.
Se trata de un circuito (muy cuidado en asfalto y en infraestructura) gestionado por la Escuela de Conducción Luis Climent, admitiendo diferentes variantes que son explotadas por los tutores del CEVEP según la rutina a entrenar a pie de pista, y que además pueden proporcionar en la práctica dos pistas diferenciadas (una muy revirada y la otra similar a un óvalo) para entrenamientos simultáneos.
Junto al Karting, disponible también para alquiler bien con karts de 4T proporcionados por el circuito para organizar GPs completos para aficionados, bien con kart propio (contactando con el CEVEP se pueden contratar estos servicios), zonas de pista resbaladiza con opción de humidificación artificial, curvas peraltadas, pista marcada para entrenamiento en bicicleta, cocheras-taller de alquiler, tienda de karts, etcétera. Sin duda unas instalaciones más que idóneas (perfectas diría un servidor) para la formación de un KEPEM.
De ahí nos fuimos, previa visita a la magnífica curva Doohan, a las zonas de las Pelousses, lugar también usado por los monitores del centro para entrenamientos tanto del físico como de la capacidad de sacrificio.
Durante la visita, Raed nos comenta el alto nivel de adaptabilidad que el CEVEP tiene con sus deportistas. Cada KEPEM presenta determinadas peculiaridades y necesidades, muchas de ellas sujetas a la disponibilidad horario y geográfica bien de sus padres, bien de ellos mismos cuando están desempeñando una actividad laboral paralela a su pasión. La edad mínima de un deportista acogido por el centro es de 7 años, que es cuando el equipo del CEVEP considera que un chaval es ya capaz de absorber las claves que aquí se imparten. Por cierto, los padres, no pueden estar durante las sesiones de entrenamientos.
Llega el momento de volver al gimnasio porque comienza el entrenamiento. Como no podía ser de otra forma, amplios ventanales permiten al grupo no perder nunca de vista el circuito.
En el mismo puedo ver a dos de nuestros KEPEM, Mario Ocaña y Rubén Moyá, ambos participantes en el Campeonato de Karting de la Comunidad Valenciana. Rubén es su actual líder. No son los únicos. Entre otros, Carmen Boix y Marta García también se benefician de las espectaculares instalaciones y posibilidades que el CEVEP es capaz de ofrecer. No en vano, todos los entrenadores del centro han completado el Master de Alto Rendimiento para Deportes de Motor, que se imparte en la Universidad Católica de Valencia y del que hablaremos en detalle en otra entrada. De esta forma, los pilotos formados en estas espléndidas instalaciones tendrán, incluso en el paquete más básico a un precio bastante asequible, entrenamientos específicos siempre orientados a la competición que les mueve.
Pero antes, el necesario calentamiento con estiramientos y una suave marcha por la T3 de Cheste. Tras ésta, sin abandonar el asfalto, ejercicios de reflejos mezclados de percepción tanto visual como auditiva, y cargados de táctica y comunicación en equipo, aspecto muy importante en el que los entrenadores siempre intentan hacer hincapié.
Varios ejercicios más de trabajo en equipo y sincronización, y de vuelta al gimnasio para completar la sesión. Aquí ya cada deportista pone énfasis a los puntos que más necesita ejercitar, siempre con la especial atención del entrenador, y con una altísima variedad de rutinas adaptadas al desarrollo de cada músculo por supuesto sin olvidar el fin para el que se mejora. La fuerza sin control, el músculo sin mente, sin equilibrio, no son nada.
En el CEVEP nuestros KEPEM, además de terminar formando parte de una familia que trabaja en un sólo sentido, ejercitan no sólo el cuerpo preparándole físicamente paras las competiciones en las que participará a lo largo de su carrera deportiva, sino que lo hacen con la máxima intensidad en la actitud, en la mente, en lo psicológico.
No se trata de vencer únicamente la soledad del piloto al volante de un monoplaza, sino también los propios límites que nuestra cabeza nos impone.
Sacrificio, entrenamiento, perseverancia... cada día, un 1% más. El final es la victoria.
Durante la visita, Raed nos comenta el alto nivel de adaptabilidad que el CEVEP tiene con sus deportistas. Cada KEPEM presenta determinadas peculiaridades y necesidades, muchas de ellas sujetas a la disponibilidad horario y geográfica bien de sus padres, bien de ellos mismos cuando están desempeñando una actividad laboral paralela a su pasión. La edad mínima de un deportista acogido por el centro es de 7 años, que es cuando el equipo del CEVEP considera que un chaval es ya capaz de absorber las claves que aquí se imparten. Por cierto, los padres, no pueden estar durante las sesiones de entrenamientos.
Llega el momento de volver al gimnasio porque comienza el entrenamiento. Como no podía ser de otra forma, amplios ventanales permiten al grupo no perder nunca de vista el circuito.
En el mismo puedo ver a dos de nuestros KEPEM, Mario Ocaña y Rubén Moyá, ambos participantes en el Campeonato de Karting de la Comunidad Valenciana. Rubén es su actual líder. No son los únicos. Entre otros, Carmen Boix y Marta García también se benefician de las espectaculares instalaciones y posibilidades que el CEVEP es capaz de ofrecer. No en vano, todos los entrenadores del centro han completado el Master de Alto Rendimiento para Deportes de Motor, que se imparte en la Universidad Católica de Valencia y del que hablaremos en detalle en otra entrada. De esta forma, los pilotos formados en estas espléndidas instalaciones tendrán, incluso en el paquete más básico a un precio bastante asequible, entrenamientos específicos siempre orientados a la competición que les mueve.
Pero antes, el necesario calentamiento con estiramientos y una suave marcha por la T3 de Cheste. Tras ésta, sin abandonar el asfalto, ejercicios de reflejos mezclados de percepción tanto visual como auditiva, y cargados de táctica y comunicación en equipo, aspecto muy importante en el que los entrenadores siempre intentan hacer hincapié.
Varios ejercicios más de trabajo en equipo y sincronización, y de vuelta al gimnasio para completar la sesión. Aquí ya cada deportista pone énfasis a los puntos que más necesita ejercitar, siempre con la especial atención del entrenador, y con una altísima variedad de rutinas adaptadas al desarrollo de cada músculo por supuesto sin olvidar el fin para el que se mejora. La fuerza sin control, el músculo sin mente, sin equilibrio, no son nada.
En el CEVEP nuestros KEPEM, además de terminar formando parte de una familia que trabaja en un sólo sentido, ejercitan no sólo el cuerpo preparándole físicamente paras las competiciones en las que participará a lo largo de su carrera deportiva, sino que lo hacen con la máxima intensidad en la actitud, en la mente, en lo psicológico.
No se trata de vencer únicamente la soledad del piloto al volante de un monoplaza, sino también los propios límites que nuestra cabeza nos impone.
Sacrificio, entrenamiento, perseverancia... cada día, un 1% más. El final es la victoria.
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