jueves, 31 de enero de 2013

El Mecánico Anónimo - Aficionado

Dicen las malas lenguas dentro de mi familia que de pequeño siempre tenía un coche de juguete en las manos, de aquellos que vendían de plástico a los que fácilmente desmontabas las ruedas y alguna cosa más. Lo de la Fórmula 1 supongo que vino bastante después. En un país como el nuestro que siempre ha sido más de motociclismo que de Fórmula 1, ser aficionado a ella era poco menos que lo que ahora se calificaría de friki, por suerte en aquellos años, el termino friki no existía o al menos no era conocido y tan sólo éramos “esos raros a los que les gustan las aburridas carreras de coches”.

Sentimos no poder desvelar más datos sobre este mecánico... mantendrá el anonimato, al menos, por ahora

Pese a mi “nombre” y el avatar que uso en las redes sociales, no soy mecánico de Fórmula 1, ya quisiera, o quizá no, porque no todo ha de ser tan bonito en la vida de estos hombres como vemos por la tele. Están fuera de casa meses enteros y debe ser duro. Mi seudónimo y foto vienen porque realmente soy mecánico, pero no del motor y como he dicho tampoco de F1.

Supongo que parte de la culpa de que la F1 sea mi vicio más conocido es que de pequeño me comprasen coches de juguete, y quizá que soy natural de una ciudad que alumbró a Adrián Campos, y a Jorge Martínez “Aspar”. Pese a que “Aspar” tuvo algo más de éxito que Adrián, siempre fui de coches y recuerdo aquellos años en los que uno de oídas se enteraba que teníamos un piloto de F1 español, pero hasta que no fui más mayor la verdad es que me enteré de bien poco. Era difícil seguir este deporte y más para un chiquillo de mi edad. Yo sólo sabía que me gustaban más los coches que las motos y punto.

Adrían Campos y Alzira: tanto monta, monta tanto

Lo confieso, no soy de esos que siguen la F1 desde tiempos inmemoriales, ni siquiera los 80, pero tampoco soy de los que se apuntaron a esto cuando Fernando gano su primer título. Mi primer recuerdo, aunque suene a tópico y mucha gente tenga idéntico recuerdo, es la muerte de Senna. Recuerdo mucho aquellas imágenes en televisión, narradas aquí por Gonzalo Serrano en Telecinco que por aquellos años tenía los derechos de F1, luego creo que se paso a emitir en Canal +... No recuerdo. Y luego alguna carrera que pude ver en TVE en horarios intempestivos.

Durante los 90 siempre fui de Williams-Renault. ¿Por qué? Porque ganaban a Schumacher, al menos un par de años; porque me gustaba aquel coche azul, amarillo y blanco. Y es que desde que conozco a Schumacher, nunca me ha caído especialmente simpático, lo que no quita que reconozca su curriculum. Es el más grande en números, pero para mí, en otros aspectos no lo es. Renault abandonó como motorista a Williams y aquello decayó un poco, así que apoye a McLaren y Häkkinen. ¿Por qué? Porque ganaban a Schumacher.

¿Por qué tanta manía al Kaiser? Aquellas maniobras con Hill y Villeneuve tan famosas hicieron que no me pareciese un tipo legal, y sencillamente empezó a caerme mal.

Jerez, 26 de octubre de 1997: Michael Schumacher es excluido del Mundial por esta antideportiva maniobra

Los años que Ferrari arrasó con Schumacher hicieron que aburriese aquella F1 de dobletes de la Scuderia carrera sí, carrera también y desconecté un poco, pese a que estaba al tanto de Don Pedro de la Rosa y Marc Gené (aunque un poco menos), y de un tal Fernando Alonso, sobre todo cuando debuto en Minardi, pero mucho más cuando me enteré que entraba en Renault. “Renault sabe hacer coches, bueno, realmente motores campeones”, me dije, y así se lo decía a mis amigos y compañeros, y claro, se reían de mí. Comparaban aquello con Ferrari o McLaren y se reían. Pero les argumentaba que al menos Renault no era un Minardi, o un Arrows, era un poco mejor.

Y llegó aquel día de 2003 con el que nunca soñé. Un piloto de F1 español ganaba un Gran Premio. “Ya puedo morirme tranquilo”, pensé. Quién me iba a decir a mí que lo vería ganar dos títulos mundiales, que jubilaría a Schumacher. “Ya puedo morirme tranquilo”, pensé otra vez al término del Gran Premio de Brasil 2005.

Igualmente quién me iba a decir que terminaría las temporadas saturado de información sobre la F1 gracias a internet, a la televisión o la prensa, que encontraría a “locos” que comparten mi “enfermedad”, de los que aprendería mucho más de lo que sé, de los que escucharía anécdotas, historietas, de los que vería sus fotos, en fin, quién me iba a decir que descubriría a gente tan grande.

En 2006 tuve la suerte de subirme a un coche con Don Pedro de la Rosa y en 2007 de visitar el McLaren Technology Centre en Woking, y en 2008 de asistir a mi primer Gran Premio de F1 en Valencia, donde he acudido cada año hasta 2012 y por fin, sí, por fin, ver ganar en persona a un piloto de F1 de casa. No os podría describir lo que fue aquello porque me extendería otras diez páginas y eso ya lo conté en la web que colaboro con un colega y que algunos conocéis. Fue el post más leído en dos años que llevamos en nuestra humilde web. Y en parte gracias a muchos viruteros y viruteras.


Valencia 2012, un sueño hecho realidad para muchos aficionados españoles a la Fórmula 1

Los amigos y amigas de Pilotos Españoles Por El Mundo, me han propuesto que contase como llegué a este mal vicio del motorsport, cosa que les agradezco. También les agradezco el trabajo que realizan en el blog, el cual ayuda a saber y seguir un poquito más de cerca a todos esos pilotos de casa que andan por el mundo compitiendo aquí y allá en diferentes categorías y modalidades.

Así que no me extenderé mucho más. ¿Por qué me gusta este mundillo? Pues creo porque simplemente me gustan los coches, soy de los que van por la calle fijándose en cada detalle de cualquier modelo, por muy normalito que sea, que sacan las marcas al mercado, o incluso de cómo lo tiene cuidado o “modificado” su dueño. Me gusta el aspecto técnico, teniendo en cuenta que lo mío no es la mecánica de coches, me gusta saber y aprender cómo funciona cada cosa (sea en coches u otros cacharros). Me gusta el ruido de un F1 y el olor a goma quemada mezclado con el de la gasolina (los ecologistas se me van a tirar al cuello). ¿Cómo llegué? Como he dicho, creo que la culpa la tienen mis tíos y tías que me llenaban la cuna de cochecitos de juguete.

Tan sólo espero que esta época que vivimos, gracias en parte a Fernando Alonso, de un boom mediático de la F1 no decaiga mucho cuando él se marche. Espero que tengamos otros pilotos en ella y podamos seguir disfrutando igual que estos últimos 10 ó 12 años. Al menos, hoy día con internet será mucho más fácil seguir la F1 en cuanto los medios de nuestro país dejen de tener interés por ella. Nos quejamos mucho de Antonio Lobato, de su imparcialidad, de la publicidad durante las retransmisiones, algunos de Nira Juanco. Otros "odian", "aborrecen", "van en contra de todo lo que" hace Fernando Alonso. Algunos mucho más educados y coherentes, simplemente son de otro equipo o piloto, pero con respeto. Sólo diré, y finalizo ya, que algún día echaremos de menos a Lobato y su equipo, y que lo que ha hecho Fernando por el deporte del motor, en especial la F1, al igual que hizo Carlos Sainz en su día, no lo agradecemos bastante los viciosos de estas cosas y que espero que no tengamos que echarlos de menos en un futuro cercano. Así que, disfrutad ahora que podemos.


Carlos Sainz y Luis Moya celebrando una victoria más en el Mundial de Rallyes

Os dejo, que me enrollo como las persianas. ¡Saludos!

1 comentario:

  1. Me ha gustado muchísimo tu entrada, Mecánico Anónimo. Un gustazo compartir pasión-enfermedad, y lugares virtuales en esta y otras redes de internet con la F1 siempre de fondo.

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