Antonio J. Fernández - Aficionado e integrante de PEPEM

Mis primeros recuerdos en los que aparecen coches ni siquiera son míos... Me cuentan mis padres que mi primera palabra no fue ni mamá ni papá, sino Dyane. Era extraño ese interés que sentía por los volantes ya que nadie en toda mi familia me lo había “transmitido genéticamente”. Cosas de la generación espontánea.

Parque de Atracciones de Zaragoza, 1975

Lo primero que encuentro en el fondo de mi propia memoria es cuando nos fuimos a vivir a Larache (Marruecos) y con cada pasada por Ceuta caían dos cochecitos de miniatura, que en pocos días se convertían en seis, al cambiarles a mis dos hermanos los suyos por cualquier tontería... La suerte de ser el mayor. Luego vinieron las revistas (L’Automobile y auto-journal, que eran las que se encontraban allí, y las que compraba de segunda mano, entre ellas la española Velocidad o la italiana Auto Sprint), los cuadernos, donde apuntaba todos los modelos que conocía de cada marca, y por último, una libreta en la que “dibujaba” todos los Renault que podía, mi marca favorita.

Los Orea y los Fernández orgullosos de la "pesca" ceutí en el Mirador del Estrecho, 1979

De aquella época vienen mis primeros recuerdos de la Fórmula 1, de la resistencia, de los rallyes... pero de una manera muy selectiva. En 1981 me encantaba ese monoplaza amarillo, blanco y negro que pilotaban Alain Prost y René Arnoux, pero no sabía ni lo que era una Pole Position. Me gustaban aquellos vehículos, pero nada más. En mi Scalextric tenía dos Alpine-Renault A-441, pero ignoraba lo que era Le Mans. Veía un R5 Turbo de rallyes y sólo admiraba el coche, lo demás me sobraba.

El equipo Renault de Fórmula 1 en su presentación de cara a la temporada 1981, Jacarepagua (Rio de Janeiro)

Una vez que nos volvimos definitivamente a Sevilla, ese mundo multilingüe se acabó. Seguí con mis cuadernos, mis dibujos, mis colecciones y mis revistas, estas dos últimas ya sólo de procedencia nacional. Entonces, llegó a los kioscos Motor 16 e hice todo lo posible por comprármelo cada semana. Me gustaba porque era diferente a lo que estaba acostumbrado a ver... pero casualmente la que me enganchó al mundo de la competición fue Autopista. Ese especial con todos los monoplazas que iban a participar en la temporada ’86 me encantó. Así que hice lo que era habitual en mí: un cuaderno. Al año siguiente ya había tres, al añadir a mi lista de intereses el Mundial y el Nacional de Rallyes (SOLO AUTO 4x4 fue el culpable con su especial Dakar y Montecarlo)... y así hasta tener seis en 1989. No había wikipedia para poder consultar los datos, te la tenías que fabricar tú mismo.

Mi cuaderno de Pruebas diversas de 1989... ¡¡¡la de competiciones que tengo ahí anotadas!!!

Tuve la suerte de seguir las evoluciones de Luis Pérez-Sala, Adrián Campos, Alfonso García de Vinuesa y Fermín Vélez en la Fórmula 3000 y el ascenso de los dos primeros a la categoría reina, pude ir varias veces con Juanma al Circuito de Jerez a ver Grandes Premios, entrenamientos de Fórmula 1 e incluso a disfrutar del sonido de los Sport Prototipos... pero hasta que no fuimos a una cita de campeonatos nacionales no me di cuenta de que no íbamos a tener que conformarnos con los éxitos que nos regalara Carlos Sainz fuera de las pistas, sino que la nueva generación de pilotos españoles iba a llegar muy alto. Ese día, un tal Pedro Martínez de la Rosa se proclamó vencedor del Campeonato de España de Fórmula FIAT y otro tal Jordi Gené nos levantó de los asientos, no sólo ganando la prueba del Campeonato de España de Fórmula Ford 1600, sino pilotando con una maestría que daba gusto verlo cruzarse en cada curva... ese 19 de noviembre de 1989 me hice fan de los Pilotos Españoles Por El Mundo.


P.D. Pues como la vida gusta de estas ironías, hoy me castiga con la pérdida de mi maestro, Don Javier del Arco. Gracias por todo lo que me ensañaste sobre este mundillo, gracias por hacerme amar los números, gracias por haber compartido tus enormes conocimientos con tus lectores... Algún día podremos charlar cara a cara y comprobarás lo que me transmitiste a través de tus enseñanzas, MAESTRO. Te echaré mucho de menos...

D.E.P. Don Javier del Arco.