lunes, 14 de octubre de 2013

Pedro Luis Romera - Mi primer GP en vivo

Mi primer fin de semana de carreras... de verdaderas carreras
9 de mayo de 2009

¿Por qué no había ido antes a un circuito? No lo sé... quizás por comodidad, quizás por puras razones económicas, quizás un poco por todo. Aunque no... el tema "pelas" siempre tiraba para atrás, tanto con las motos, como con los carros de cuatro ruedas... 


Así que cuando una mañana, hablando en la oficina con un antiguo compañero de trabajo, y muy buen amigo, salió el tema de la F1, de ahí saltamos a la casa que tenía su familia en Mataró... qué buena familia de cehegineros en Cataluña... gente maravillosa que siempre llevaré en mi corazón... ¡milks! ¡que nos recibieron sin conocernos aquel viernes casi de madrugada, ¡con un vaso de galletas con leche! No se me olvida en la vida. Pero ya me estoy adelantando... por dónde iba... Celso, eso es, mi antiguo compa de trabajo y la casa de su familia en Mataró, a nada de kilómetros del circuito y con unas conexiones estupendas, libres de pesadas colas. Para Salva, amigo de toda la vida y formulero de pro, y un servidor. No, no podíamos decir que no a aquello.

Mis primeras entradas formuleras. Montmeló 2009
Así que no lo dudamos. Pedimos los pertinentes permisos (santa paciencia la de nuestras respectivas, ¿eh, Salva? jejeje...), compramos las entradas y nos organizamos. Recuerdo los preparativos. Ali, mi señora, recomendándome llevarme sillas plegables, sombrilla de playa... Milks... todo para el coche, ¡total! Si no lo vamos a usar (¿Para qué, verdad?), pero en el coche cabe todo. 

El viernes a mediodía saldríamos de Murcia hacia tierras catalanas. Es un pequeño tirón pero con buenos marujeos se hace estupendo. Y así llegamos a Mataró. Y como hemos comentado, nos esperaban. De verdad familia, sois increíbles. No hay palabras para describir cómo nos hicisteis pasar ese fin de semana. Cómo sois. Gracias por todo, de verdad.

Y por la mañana, ¡al circuito! Jorge nos esperaba en la pelousse (en nuestra pelousse). Llevaba en Montmeló desde el miércoles. Que estupendo que se animase también a estar. Lo mejor del circuito, después de haber ido a unos cuantos, después de haber estado en días de tests, y de GPs, son para mí y en este orden, la gente (los amigos... uf... sin ellos este deporte no es lo que es. No tengo duda de ello), y el sonido. Sí... el olor a quemado, de caucho hecho virutas, de gasolina, son grandiosos... pero el sonido es otra cosa. Llegar a las proximidades del circuito y escuchar cómo los monoplazas llegan al final de la recta montemelonera es... indescriptible. No hay nada igual ni más característico que ese sonido.

Pero en fin... que llegamos. Y aparcamos. Uf... pagar por aparcar en un polígono industrial me choca muchísimo. Pero peor son algunos de los "parkings" oficiales habilitados. Dios, esas colas de coches que se encontraban/entrecruzaban en la minúscula salida de la zona de parking. ¿Cómo pudo salir mi Xsarica de ahí sin un roce? Pero me estoy yendo... eso es de otro año. En aquel sábado del 2009 aparcamos en el Polígono de Montmeló. Y andando, hacia la pelousse donde Jorge nos esperaba. Enganchamos nevera y artes básicos (no las recomendaciones de mi señora, primer gran error) y para dentro que nos fuimos. ¡Uf! Segundo error... enorme error. Antes de ir al circuito, hay que saber dónde vas, y aparcar en consecuencia. Menuda pedazo de caminata que nos pudimos pegar... jejeje. Pagamos la novatada y con creces.

Pero ese error, y esa tremenda andada perdiéndonos como tenía que ser... jejeje... mereció la pena. Nos sirvió para conocer buena parte del circuito. Y no fue lo único que andamos ese fin de semana. Encantados además. Palos con gusto no duelen, dicen por aquí. Y llegamos a la pelousse. Y nos quedamos.

La GP2 en 2009 era un verdadero espectáculo
Desde ella teníamos unas vistas geniales. A lo lejos se adivinaba el final de recta. Un pedazo de pantallón (girado en los últimos años... grrrrrr) justo en frente, una curva estupenda a la que los pilotos llegan hasta cierto punto descolocados desde la anterior, raro era ver el mismo piloto clavando trazadas en ella, y desde la misma, acelerar para pronto empezar con el último sector.

Desde ahí vimos que un GP de F1 no es sólo F1. Sí, lo sabíamos, pero no del todo. El espectáculo va más allá que una clasificación y una carrera de hora y media. Los Fórmulas BMW, la Copa Porsche, La GP2... Me encantó la GP2. Desde entonces empecé a fijarme más en las categorías inferiores a la reina. Gracias a eso me interesé por la base, y por sus pilotos. Y entré en el club de fans de Dani Clos, y gracias a Emilio, su presidente, conocí una peña espectacular, a él mismo, y me empecé a enganchar al Karting. Qué cosas... aunque me estoy yendo otra vez. Eso es de otra visita al circuito de Cataluña. En aquel mayo del 2009, me encantó la GP2. 

Fernando Alonso nunca está solo en los circuitos
Y viví in situ qué es la afición realmente. Cómo colorea las gradas, y las inunda de un sonido espectacular. El compadreo, las buenas ganas de pasarlo bien. Todo eso que te cuentan y que envidias no haber vivido.

Alonso venía del complicado 2007, y de un flojo Renault en 2008. La entrada lo notó. Apenas un 70% de aforo cubierto. Pero suficiente para comprobar su magnificiencia. Hay peña que detesta la masificación que ha llegado con AlonsoYo la agradezco. Gracias a ella, tenemos el seguimiento que tenemos en este deporte. Y gracias a ella, conozco en parte a la gente formulera que conozco. A mis amigos. 

En aquella pelousse del 2009 recuerdo pensar, que ahora sí que sabía lo que era estar en un verdadero fin de semana de carreras. 

¡Y qué calor! Uf... el sol pega bien en Montmeló. Eché de menos la sombrilla que había en el maletero de mi coche. Y las sillas plegables. Lo bueno es que a partir de las 2 y media de la tarde, si te acercabas a la valla, junto a la tribuna, su sombra también alcanzaba parte de nuestra zona. Eso era entonces... ahora la valla separa mucho más la pelousse de la grada y ya ni sombra, ni nada. Parece que el circuito está más pendiente hoy en día de otras cosas, y no de los aficionados precisamente de a pie.

Aquella bendita sombrilla de plata... de playa
Así que al día siguiente sí que cargamos con todo. Y cualquier atisbo de vergüenza que pudiese tener, se borró al ver a un chaval paseando por el circuito empujando un carrito de la compra (¡de los típicos de cualquier supermercado!) lleno de bebida, comida... de todo. Pero qué primos fuimos el día anterior por no llevar las sillas y la sombrilla. ¡Que vamos a una pelousse! Hay que pasarlo bien por encima de todo. Y si además estamos cómodos, pues mejor que mejor. 

Volviendo al sábado por la tarde, ya de nuevo en Mataró tras un buen paseo por el circuito y ya completada toda la acción del día, disfrutamos de la primera rumorada. Sí... gran culpa de ésta mi afición la tiene Fabián y su RumoresF1. Y de que aquel fin de semana estuviese en las carreras, también.

Y el domingo, la gran carrera. Tras la de la GP2, el paseo de los pilotos, el encendido de los motores, y la salida de los monoplazas para formar. Todas las sensaciones recorren tus sentidos porque sabes que llega la culminación a este increíble fin de semana. 

¿Quién puede cazar un difusor múltiple?
Y todo comienza. Y se lía parda nada más empezar (creo recordar que un Rosberg pilotando un Williams la lió en las primeras curvas del circuito). Apenas una vuelta y ya teníamos Safety Car.

Se reanudó la carrera y enseguida, y a pesar de ligeras dudas durante la clasificación, esos coches de tremendo difusor múltiple y alegal, se ponían en cabeza. No en el orden definitivo pero sí en la forma. No había quien les tosiese. Jugaban con una ventaja injusta, pero en fin, eso también es F1. Y no desmereció en nada nuestro finde catalán. Nos lo pasamos... ¡bien!. 

La carrera tuvo muchos movimientos. Massa, que venía de una buena clasificación aguantaba su P4 ante un voluntarioso Vettel (ya entonces el energético era más carro que el colorao). Kimi, como tantas otras veces entonces, andaba perdido entre sus motivaciones; y Webber, que estaba haciendo un buen GP, no podía con el ritmo de los Brawn. Aunque tras ellos rodó aguantando el podio. Era a lo máximo que cualquier coche con publicidad en los pontones podía aspirar.

Del P8 al P5. Como (casi) siempre, ganando posiciones
Por detrás, Fernando Alonso rodaba tranquilo. El puesto estaba asegurado. El día anterior con milagrito incluido, y por milésimas, había entrado en la Q3. Y ahí estaba con su Renault. Yo creo que nunca hizo mejores clasificaciones que las de esos años. 

De repente, nos enteramos que Massa tenía problemas: Tuvo que bajar el ritmo una barbaridad porque se quedaba sin gasolina. Así que el asturiano, ya avisado por radio del tema, apretó y recortó 16 segundos en poco más de cuatro vueltas. Y en la curva anterior a nuestra pelousse, adelantó al brasileño pasando a nuestro lado entre el impresionante fervor de la gente. Y así, en P5, completó aquel GP de España de F1 del 2009. Era mucho más de lo que esperábamos. Otro milagrito del asturiano. Otro de tantos.

Que buena fotica, Salva ;). Que buena sombrilla
Y nosotros lo vivimos en aquella pelousse montemelonera. Tres amigos pasando un grandioso fin de semana de carreras en un circuito que se me quedaría grabado al fuego en mi corazón. Como la maravillosa familia que nos acogió y que en gran parte, hizo posible aquello.

No cambio absolutamente nada de aquellos días. Ni siquiera los fallos "logísticos". Me gustó todo.

Sembró la semilla de mi enfermedad. Después vinieron tests y algún GP más. Y más rumoradas, y más quedadas. Sí, sobre todo, más quedadas. Todo empezó un poco allí la verdad. Así que no, la verdad es que no cambio nada de nada. Me quedo con todo. 


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