Víctor Filgueira - Aficionado

¿Qué cuando empecé a “seguir” la Formula 1? Indudablemente, a SEGUIRLA con mayúsculas, con el advenimiento de la “era Alonso” (y no me avergüenza en absoluto decirlo). No comparto eso que se escucha tanto de que “los aficionados de verdad son los que estaban antes de Alonso”. Para mí no hay aficionados de primera ni de segunda... simplemente hay personas que llegaron antes y después a este mundo de “las carreras de coches de colores”.

El 24 de agosto de 2003 marca un antes y un después en la afición española a la F1... aunque a muchos no les guste reconocerlo

Pero el germen estaba ahí... Cuando de pequeño veía alguna que otra carrera en la vieja tele en blanco y negro (no había para más) en casa de mis abuelos... Cuando aún no entendía el por qué no ganaba el que pasaba antes por la meta y si el que venía tercero y le hacían señas con una bandera que parecía un tablero de ajedrez (luego aprendí que “estar doblado” no era pasarte la tarde descargando camiones)... Todavía recuerdo con una sonrisa que pensaba “vaya porquería de premio” era aquel rosco de laurel plastificado que le ponían por la cabeza...

Gran Premio de Gran Bretaña de 1957: Ni siquiera había corona de laurel para los dos pilotos que ganaron

Recuerdo como me emocionaba que Pérez-Sala o Adrián Campos apareciesen fugazmente en la tele... O cuando un tal de la Rosa llevaba una “flecha”. ¿Cómo podía llegar siempre tan atrás llevando una flecha de coche? También recuerdo cuando en aquellas sobreimpresiones tan arcaicas sólo salían los doce primeros... Cuando eso de ver “fuerzas G, trottle y brakes” sonaba a ciencia ficción y cuando los pilotos se echaban un pitillo al lado del que les ponía la gasolina...

¿Quién no tiene esos recuerdos? Quizás sean esos los verdaderos “aficionados de segunda”... los que ya no se acuerdan de cuando esto era un “deporte de caballeros”... manchados de grasa de motor.

Por suerte, la afición nos recuerda que esto sigue siendo un 'deporte de caballeros'