¿Cómo llegué al mundo del motorsport? Como creo que le sucederá a muchos aficionados, no hay un día en concreto que de repente me haya venido la afición al mundo del motor. Aunque hay dos personas a las que les debo de agradecer eternamente que me "indujeran" a engancharme a este mundo tan apasionante, mi padre y mi primo.
Por allá 1998-1999, sobretodo este último, con 6 añitos de edad, recuerdo ver a mi primo mirando la tele, pero mirando algo distinto, algo radicalmente distinto a los dibujos animados o películas americanas. Recuerdo ver unos coches muy bonitos, algunos parecidos a algún cochecito de juguete que yo tenía por casa. Esos coches ruidosos parecían ir muy rápido, con mecánicos con mirada seria. Esa fue mi primera impresión supongo del motorsport, más concretamente de la Fórmula 1. Por aquél entonces, mi primo era ferrarista. Por su cumpleaños le regalamos una toalla de Ferrari, y era muy fan de un tal Michael Schumacher, que aquél año (2000) ganaba muchas carreras. Los domingos pasaban, al igual que los Grandes Premios. Y le cogí simpatía al rival de Schumacher (según me contaba mi primo), Mika Häkkinen, que corría con un coche plateado, McLaren me dijeron que se llamaba el equipo. He de reconocer que Häkkinen me llegó a dar pena, ya que nunca me olvidaré de aquél GP de España en que abandonó en la última vuelta cuando iba líder. En aquél mundo tan tecnológicamente complicado, donde abundaban apellidos extranjeros, había el de un catalán, Pedro Martínez de la Rosa. Pedro, al igual que Häkkinen, también me daba pena, porque casi en cada carrera abandonaba por problemas mecánicos o por accidente. Y también había otro piloto, un tal Alonso, que estaba en la parte baja de la parrilla, como Pedro.
 |
Michael Schumacher observa a Mika Häkkinen durante los entrenamientos libres del GP de San Marino 1999 |